sábado, 29 de marzo de 2014

Génesis 1:1, un resumen de los orígenes del universo

Génesis 1:1 comienza con la historia del universo en las magistrales y a la vez sencillas palabras: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra."
Las majestuosas y sublimes palabras de apertura del libro de Génesis (hebreo, Berešîth), están elaboradas de tal manera que informan de lo necesario, de lo que es necesario saber.
La Biblia no es meramente un libro de historia, ni tampoco un tratado de ciencias. Pero cada vez que es necesario hacer referencia a esos temas, lo hace con maestría, con conocimiento profundo, y es histórica y es científica en esas ocasiones.
Pero, uno genealmente falla cuando intenta leer Génesis, por ejemplo, en este caso, como un mero tratado de historia del universo, porque no es ese el propósito de la Escritura sagrada. Sin embargo, el escritor inspirado sí se refiere a aspectos de los orígenes del universo que nos atañen directamente, que nos ligan indisolublemente con nuestro Creador como Padre que es de todas las criaturas existentes.
Los científicos, en la actualidad, atribuyen al universo una edad que oscila entre varios miles de millones de años desde el supuesto "big bang", la teoría actualmente más ampliamente aceptada en el mundo de las ciencias.
En tanto, en la Biblia, el Creador nos informa a través del Génesis que en el principio Él creó los cielos y la tierra. El hecho de que Dios no haya establecido una fecha específica para este evento cardinal, puede deberse a que no es importante saber la fecha como el hecho mismo que se produjo. Por otra parte, es posible que el escritor inspirado no tuviese a mano los elementos necesarios para poder interpretar adecuadamente el tiempo involucrado en la creación del universo desde el punto de vista humano y que por esa razón el dato fuera omitido o no se hubiera siquiera mencionado.
En todo caso, para los detractores de la Biblia, da lo mismo que se proporcione o no una fecha específica, ya que simplemente no la aceptarían si se proporcionara, o bien la negarían, tergiversarían o dirían que es una adición posterior. Por lo mismo, basta para quienes creen en la realidad de la creación que "en el principio creó Dios los cielos y la tierra", independientemente del tiempo involucrado.
Algunos, a quienes se conoce como "creacionistas", en sus varias corrientes ideológicas, consideran que el universo fue creado en seis días literales, y que Génesis 1:1 comienza al principio del primer día o poco antes de que Dios ordenara que fuera la luz.
De todos modos, considerando las opiniones, puntos de vista, enseñanzas y doctrinas de los llamados Padres de la Iglesia, así como de los apóstoles y de otros tempranos escritores y autores cristianos primitivos, puede decirse que durante el primer siglo tanto judíos como cristianos literalistas consideraban que toda la historia de la humanidad cabía dentro de seis mil años que todavía no se cumplían y que culminaban con los mil años del reinado de Cristo sobre la tierra, período que era el séptimo "día" o período de mil años de la historia humana, el llamado "día de descanso de Dios", cuando Dios no ha estado creando nada nuevo en el universo y ha dejado que la creación continúe su curso bajo las leyes que Él estableció al principio de los tiempos.
La Carta de Bernabé es un claro ejemplo de esto. La Carta de Bernabé fue compuesta en un ambiente judeocristiano que amalgamó las expectativas judías de más de un siglo antes y las expectativas cristianas corrientes en su tiempo. Si uno estudia la Carta de Bernabé, y otros documentos cristianos y judíos similares, no puede menos que llegar a la conclusión que la preparación de la Tierra para ser morada de seres vivientes, comenzó unos 46.000 años antes de Jesucristo, en números redondos. La creación del hombre Adán habría ocurrido unos 4.000 años de Cristo y quedaban por delante unos 2.000 años más de historia humana, a los que habrían de seguir los 1.000 años del reinado de Cristo sobre la tierra, para reconciliar a toda la creación con Dios. Concluidos esos 1.000 años comienza el Octavo Día, cuando Cristo se sujeta a su Dios y Padre, le entrega el Reino, y comienzan las edades futuras sin término ni fin, con todo el universo reconciliado con su Dios, Padre y Rey.
Pero Génesis 1:1, obviamente, tuvo lugar antes del año 46000 a. de J.C. y, siguiendo la misma línea de razonamiento de los escritores judíos y cristianos de los últimos siglos a. de J.C. y de los primeros siglos d. de J.C., uno podría adscribirle al punto inicial de la creación todos los miles de millones de años que crea necesarios, porque no hay en toda la Biblia ninguna declaración que limite el tiempo involucrado.
Sin embargo, apenas terminada esta frase de apertura de Génesis 1:1, ya se está en un tiempo que, de acuerdo a la Carta de Bernabé, ha de establecerse antes del año 46000 a. de J.C.
"La tierra estaba sin forma y vacía". La tierra, el planeta Tierra, era un mundo informe y vacío. No diferiría mucho de otros mundos que se pueden encontrar en las amplias e insonsables vastedades del universo.
Y entonces comenzó el milagro, luego de haber sido escogido por Dios para ser el hogar de su creación viviente e inteligente.

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