sábado, 29 de marzo de 2014

Milenio y Milenarismo, un capítulo olvidado de la esperanza cristiana original


Generalmente, se considera que la doctrina del Reinado Milenario de Cristo sobre la Tierra es una doctrina herética.
Sin embargo, basada en 2 Pedro y en Apocalipsis, la doctrina gozó en la Antigüedad no solo de gran aceptación sino que, de acuerdo a esclarecidos y muy altamente considerados Padres de la Iglesia, ésta fue la doctrina a mayor grado ortodoxa.
Entre los milenaristas tenemos que consignar al apóstol Juan, a Policarpo de Esmirna, a Papías de Hierápolis, a Lactancio, a Ireneo de Lugdunum y a una innumerable hueste de fieles cristianos de los primeros tiempos.
Finalmente, la Iglesia católica, a pesar de haber rechazado la doctrina apelando a la pluma de insignes "espiritualizantes gnostizados", tales como Orígenes, Eusebio de Cesarea y Agustín de Hipona, entre otros muchos, jamás se ha atrevido a declararla herética, porque así creían y enseñaban los Padres de la Iglesia, incluso los más venerados y tenidos por autoridad, mártires de la fe como Justino Mártir, por ejemplo, y esaclarecidos autores como el propio apóstol Juan, quien consigna la doctrina en su Revelación.
Se entiende que si la Iglesia católica se atreviera a condenar al milenarismo incurriría en un total rompimiento con los Padres de la Iglesia primitiva, y con la mismísima Iglesia apostólica, porque así creían ellos, y eso era lo que predicaban, el reinado milenario literal de Cristo sobre la tierra, y por eso afrontaron las hostilidades incluso del Estado romano y no temieron sufrir la muerte como "testigos", que es lo que la palabra "mártir" significa.
Solamente cuando la Iglesia aspiró a ser parte de este mundo y a asumir realengo, riquezas, títulos, honores y dominación, y solamente entonces, negó sus aspiraciones celestiales, negó la literalidad y tangibilidad del reinado milenario de Cristo sobre la tierra y la restauración de todas las cosas en la re-creación de que hablan los escritores bíblicos inspirados.
Uno de los principales documentos milenaristas de la Iglesia primitiva, actualmente conocida como Epístola de Bernabé, habla precisamente de esta esperanza espiritual, tomando su argumentación de la misma fuente que el Apocalipsis, cuyo escritor fue el apóstol Juan.
Los gnostizantes que se infiltraron en la Iglesia primitiva comenzaron por negar la autenticidad del Apocalipsis y de la Segunda Carta de Pedro, así como de la Carta de Pablo a los Hebreos, como una manera de atacar lo más directamente posible y derrotar a quienes creían en la realidad del reinado milenario de Cristo sobre la tierra.
Sin embargo, entre los católicos ha habido esclarecidos milenaristas, como el sacerdote jesuita chileno Manuel Lacunza, quien escribió una monumental y muy bien documentada obra, titulada "La Venida del Mesías en Gloria y Majestad", bajo el seudónimo de Juan Josafat y dirigida al sacerdote Cristófilo.

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